Salario emocional ejemplos

¿Qué es un salario?
Por definición (Hochschild, 1983, The Managed Heart), el trabajo emocional se refiere a la regulación o gestión de las expresiones emocionales con los demás como parte de la función profesional de uno. El trabajo emocional es paralelo al trabajo físico; ambos son ocupaciones que tienden a requerir mucho esfuerzo, pero el EL es un esfuerzo en torno a las emociones y tiende a ser dominado por las mujeres (es decir, el trabajo de servicio o de cuidado) y el trabajo físico es un esfuerzo con el cuerpo y tiende a ser dominado por los hombres.
Lo que NO es el trabajo emocional: El trabajo emocional es distinto del "trabajo de las emociones" o de las tareas interpersonales (por ejemplo, hacer regalos, planificar eventos) que las mujeres suelen realizar en el trabajo y en el hogar, un punto de confusión actual.
Como forma de trabajo, el trabajo emocional es más prototípico en los trabajos que requieren "servicio con una sonrisa", o cualquier trabajo de primera línea y de cara al público que interactúe con clientes, consumidores y pacientes. A veces, los empleados tienen que trabajar emocionalmente con sus compañeros y supervisores para realizar su trabajo.
Para realizar el trabajo emocional, los empleados pueden utilizar la actuación profunda para modificar sus emociones internas, como "animarse" antes de salir al trabajo (por ejemplo, un profesor puede hacer esto el primer día) o hacer charlas de ánimo (por ejemplo, los auxiliares de vuelo recordándose a sí mismos que los pasajeros son sus invitados en este vuelo).
Diario de sueldos y salarios
Las mujeres están hartas de escuchar, consolar y cuidar a los hombres de su vida probablemente desde que se espera que lo hagan gratis, es decir, desde siempre. En los grupos de concienciación de los años sesenta, las feministas señalaron que la desproporcionada cantidad de cuidados que realizaban las mujeres se debía a las nociones sexistas de las mujeres como cuidadoras naturales. La expectativa de que el "sexo débil" irradiara constantemente azúcar y especias, mientras que los hombres podían ser malhumorados o taciturnos sin que la sociedad los recriminara, era una doble moral perniciosa.
Últimamente, algunas feministas han retomado este viejo problema y le han dado un nombre: "trabajo emocional". El término, al igual que el problema, no es nuevo: lleva en circulación al menos desde el libro de 1979 de la socióloga Arlie Russell Hochschild The Managed Heart. Pero Hochschild describía el aumento del trabajo asalariado que depende de la manipulación de los sentimientos: la sonrisa del "servicio con una sonrisa" que realizan trabajadores como los auxiliares de vuelo o los camareros. En debates más recientes, las feministas han reorientado este concepto hacia el cuidado cotidiano que las mujeres realizan en sus relaciones interpersonales con los hombres. Esos cuidados, insisten, son un trabajo y, por tanto, deben ser remunerados.
Salario emocional: Un marco para crear un trabajo satisfactorio
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El término "trabajo emocional" se aplica a toda una serie de actividades domésticas, desde llevar listas de tareas mentales hasta recordar llamar a los suegros en sus cumpleaños. Algunos defienden la necesidad de enseñar a los niños el trabajo emocional, o lo identifican como los trabajos no remunerados que los hombres aún no entienden.
Lo que habitualmente se denomina trabajo emocional -la gestión emocional (no remunerada) que hacemos en nuestra vida privada, como la crianza de los hijos y las relaciones personales- es en realidad trabajo emocional, pero no debería definirse como trabajo emocional.
Hochschild define con precisión el trabajo emocional como "la gestión de los sentimientos para crear una exhibición facial y corporal públicamente observable [que se] vende por un salario". En 1983, estimó que cerca de un tercio de todos los trabajos en Estados Unidos contenían elementos de trabajo emocional, lo que afectaba desproporcionadamente a las mujeres que trabajaban en el sector de los servicios.
Pago variable
Una de las mejores formas de incentivar a los trabajadores de una organización, según los expertos en Recursos Humanos, es a través del salario emocional. Este tipo de retribución no es económica y, además de mejorar el ambiente de trabajo, ayuda a propiciar una buena actitud entre los empleados.
Esta motivación demuestra que los complementos salariales pueden influir en la forma de trabajar, actuar y comportarse de los empleados dentro de la empresa. Por eso es importante implantar los salarios emocionales, independientemente del tipo de empresa que se dirija, porque pueden mejorar su funcionamiento y actividades.